Es
fácil encontrar listas con títulos de películas traducidos «mal» al español y se
tiende a echar la culpa al traductor, ¿a quién si no? Sin embargo, el traductor no suele ser el que decide los
títulos de lo que traduce (ya sean películas, series, libros, etc.), sino
que suele proponer varias opciones y el encargado de elegir lo hace con fines comerciales. Hoy os traigo la traducción de dos títulos que me han llamado la atención.
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También
encontramos ejemplos en los títulos de libros. Cuál fue mi sorpresa cuando,
tras haberme leído la trilogía de Los juegos
del hambre de Suzanne Collins, me la encontré en francés en una librería y
vi que el último libro, que en español es Sinsajo y en inglés Mockingjay,
en francés lo habían traducido por La Révolte, lo que me pareció un spoiler como una catedral. Vale que
los que se hayan leído los dos primeros libros ya se olerán por dónde van los
tiros pero, ¿qué necesidad hay de traducirlo así en lugar de por el nombre del
pájaro?
Lo que ocurre es que la
traducción no es un arte preciso y ser literales no es siempre la mejor opción,
porque el resultado puede que no sea tan llamativo como el original o que no mantenga
un doble sentido, por ejemplo la ambigüedad del título de Oscar Wilde The Importance of Being Earnest se pierde en La importancia de llamarse Ernesto. Quizá por estas razones empezamos
a hallar cada vez más títulos que se mantienen en inglés (como Big Hero 6, que es más resultón que 6 Héroes grandes, aunque esta última sea una traducción fiel). Lo que está claro es que no se suele prestar mucha atención a las propuestas de traducción que hace el traductor, el objetivo es vender y esto se consigue llamando la atención, ya sea para bien
o para mal.
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