Inspirada por las espléndidas playas
gallegas, la frondosa vegetación de las Fragas do Eume, la espectacularidad de
la Fervenza do Belelle y, en general, por la belleza de los paisajes gallegos
de los que he podido disfrutar en mis vacaciones, decidí investigar la historia
y las características de la lengua gallega.
Playa Doniños |
Al final de la Edad Media, el gallego
experimentó una etapa de decadencia conocida como Séculos Oscuros para vivir en el siglo XIX sus años más prósperos
gracias a escritores como la famosa Rosalía de Castro. Durante este movimiento,
que se conoce como Rexurdimento, se publicaron la primera gramática y el primer
diccionario del gallego.
En 1905 se fundó en La Habana la Real Academia Gallega (RAG),
que en 1963 estableció el 17 de mayo
como el Día de las Letras Gallegas.
Se eligió esta fecha porque ese mismo día, en el año 1863, Rosalía de Castro
publicó su obra Cantares gallegos.
Lamentablemente, como explica el
sociolingüista Henrique Monteagudo,
la dictadura franquista arrastró el gallego al abismo. Durante cuarenta años,
se prohibió su uso en la vida pública, los medios de comunicación y la escuela.
Además, muchos gallegos se vieron obligados a emigrar, especialmente a países
de Hispanoamérica como Cuba, Argentina o Uruguay. Por esta razón, como fueron
tantos los gallegos que emigraron, en muchos países hispanoamericanos, se
emplea el término «gallego» para
referirse a todos los españoles, independientemente de la ciudad española
de la procedan.
Por suerte, la situación del gallego
mejoró de forma esperanzadora cuando se restauró la democracia. A pesar de que
hoy en día el número de hablantes no iguala a los que había antes del
franquismo, su uso se promueve mediante canales de televisión y emisoras de
radio propias, su aprendizaje en el colegio y su uso en la vida pública.
Es un error afirmar que el gallego es un
dialecto del castellano, puesto que es una
de las lenguas cooficiales de España. Otro error común es pensar que el gallego solo se habla en
Galicia, ya que también se utiliza en las regiones más occidentales de Asturias,
León y Zamora, en algunas zonas de Extremadura y en los países en los que
existe emigración gallega, como en Suiza, Alemania o Argentina, tal y como señala la Xunta de Galicia.
En cuanto a las características lingüísticas
del gallego, lo más llamativo es su particular entonación y los diminutivos en «-iño»,
sin embargo, podemos destacar muchas otras. Como su origen es el mismo que el del
portugués, ambas lenguas presentan similitudes,
por ejemplo, las dos cuentan con siete
sonidos vocálicos, aunque el portugués tiene vocales nasales y el gallego
no. Otro rasgo fonético singular es que el portugués representa el sonido de la
«ñ» con el grupo consonántico «nh», mientras que el gallego diferencia dos
sonidos: uno para «nh» y otro para «ñ».
Por otro lado, encontramos que ni el
portugués ni el gallego han desarrollado el pretérito perfecto. En lugar de decir «Esta mañana me he levantado
a las 9:00», un gallego o un portugués dirían «Esta mañana me levanté a las
9:00».
Tras este análisis, me gustaría concluir diciendo que el gallego
no debe menospreciarse, no es ninguna lengua de segunda que solo se hable en
aldeas y que no sirva para nada. Al preparar esta entrada, he descubierto que
hay muchos más prejuicios en torno al gallego de los que pensaba, incluso hay
muchos gallegos que no lo hablan y afirman con convicción que no tiene utilidad
y que va a desaparecer. Considero que el bilingüismo es algo maravilloso y las personas bilingües deberían sentirse afortunadas por poder hablar
con fluidez dos idiomas, ¿qué más da que sea español e inglés o español y
gallego? No hay lenguas de primera
categoría ni de segunda, ¿no creéis?
un buen reportaje dando información a los demás estoy de acuerdo con que el gallego no se debe menospreciar porque todas las lenguas son importantes , me gusto bastante
ResponderEliminarGracias por comentar, Aida. Me alegro de que haya gustado el artículo.
Eliminar¡Un saludo!
factouuuuuus
ResponderEliminarincreible
ResponderEliminarperfecto
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