Desde
que comencé en este mundo de los blogs y creé el mío propio para la asignatura
de Informática, me he ido dando cuenta de la cantidad de blogs que hay
dedicados a la traducción. La mayoría de sus autores suelen ser traductores
profesionales por lo que resulta muy enriquecedor leer lo que cuentan. Hoy he
estado visitando algunas páginas y me he enterado de que, hace un año, Pedro
Márquez Delgado, autor de En la punta de la lengua,
tuvo la idea de reunir artículos de diferentes blogs españoles sobre traducción
y creó la revista Tradusfera.
En
uno de los artículos, Judith Carrera Fernández señala lo que para ella son los
cinco recursos imprescindibles para traductores e investigadores. Sabemos que
para traducir un texto, tenemos que usar diccionarios, gramáticas y también hay
que documentarse. Todos utilizamos internet y suele suceder que, al tener
tantísima información, no sabemos por dónde empezar o de qué fuentes fiarnos ya
que cualquiera puede escribir sobre lo que quiera y no por ello tiene que ser
correcto. Para evitar este problema, es importante saber qué fuentes son buenas
y cuáles no, por eso me parece interesante el artículo de Judith Carrera. Estos
son sus recursos favoritos:
1. Dianet es una base de datos científica elaborada por la universidad de La Rioja.
2. Google Alertas te ayuda a estar al tanto sobre un tema determinado
enviándote e-mails sobre los temas que te interesan.
3. Google Académico te permite buscar bibliografía especializada.
4. Google Libros resulta muy útil cuando
el libro que necesitas no está disponible en tu biblioteca. A mí personalmente
me ha sacado de más de un apuro.
5.
Worldcat es un catálogo de bibliotecas, mayoritariamente de EE.UU. donde se pueden
encontrar desde documentos hasta vídeos.
Como
veis, tres de las cinco fuentes citadas tienen que ver con Google, el mayor buscador de Internet. Todos los usamos pero no
todo el mundo sabe sacarle el máximo partido. A continuación voy a dar un par
de consejos que ayudan obtener mejores resultados en tus búsquedas.
Para
poner un ejemplo significativo, supongamos que tenemos que realizar un trabajo
sobre el Papa Juan XXIII. Si lo buscamos tal cual en Google, éste nos puede
mostrar resultados relacionados con papá, Juan, el número 23 y, con suerte,
también incluirá información sobre el Papa Juan XXIII. Para que esto no ocurra,
lo mejor es escribir lo que nos interesa entre comillas (“Papa Juan XXIII”). De
esta forma, Google sólo nos mostrará
páginas relacionadas con dicho Papa.
Otro
truco consiste en escribir entre comillas el tema general que nos interesa (el
hiperónimo, digamos) y entre paréntesis la palabra concreta (el hipónimo). Por
ejemplo: “traducción audiovisual”(subtitulación), así, Google nos mostrará
resultados sobre la subtitulación relacionados con la traducción audiovisual.
Esto es lo que suelo hacer cuando realizo una búsqueda en Google, pero aún hay
más trucos, como:
- Usar un guión para eliminar un concepto de la
búsqueda. Ejemplo: comida-rápida
- Usar los puntos suspensivos para buscar resultados referentes
a un largo período de tiempo. Ejemplo:
Picasso 1930…1950
- Escribir “define:” antes de una palabra para encontrar
definiciones de la misma. Ejemplo: define:vacaciones
- Escribir una pregunta directa y la respuesta aparecerá en la
parte superior de la página de resultados. Ejemplo: moneda de Argentina
- Escribir una operación matemática (sencilla) y Google no
mostrará el resultado al momento. Ejemplo: 50+235
Como
ya sabemos, Internet nos presenta muchísima información y es muy importante
que, como traductores, desarrollemos un espíritu crítico para seleccionar aquello que nos conviene.
De esta manera evitaremos problemas, ya que fiarnos de cualquier contenido nos
puede jugar malas pasadas. Es muy bueno contar de antemano con una serie de recursos fiables y conocer algunos trucos a la hora de usar los buscadores
de Internet para ahorrar tiempo en el proceso de documentación y dar con la
información acertada.
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